Prohibir la herencia, por un lado; penalizar la inmovilización de capitales, por otro. Esa es la única revolución verdadera y posible. El capital, siempre en movimiento, siempre invertido y sin garantías, siempre a riesgo, riesgo...
¿Alguien se atreve?
Ser rico: aletear sin descanso sólo por mantenerte arriba,
mientras los pobres miran.
Que la partida nunca acabe,
hasta que se maten todos...
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CLARIDAD.
Hace 2 días