La miré mientras trazaba la silueta de su rostro
con un giro secreto de un dedo meñique oculto entre la mano.
Pero hay un oído invisible
que delata al ruido de todos los trazos:
tú sopla, distraído,
cuando no mire,
y el delator se deshará en arena
como si fuera una brisa más
de esta inercia naranja
que todo lo ralentiza,
sin llegar a tocar su oreja...
...
...
...
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