jueves, 7 de septiembre de 2017

Lobos y poetas




El aullido siempre presiente al grupo
- ellos saben de la noche
y de ese amor que se traduce
en perder el aliento y celebrarlo con sangre,
todos juntos

También el aullido solitario quiere ser aullido oído:

Los lobos saben que las paredes de piedra
desde las que envían su conjuro
sólo hablan para mostrar lo que ha roto su silencio

El aullido es solo un soplo de esperanza
que pasa rebotando entre las simas y las rocas,
en espera de un aullido distinto

¿Y el mutismo de la piedra?

La piedra,
tan discreta
que podría ser muda,
nunca elige dar la réplica,
y el lobo canta sólo para quien le responde
con el impulso de otra vida...

Los lobos no cantan para el silencio de las piedras,
ni siguen cantando cuando sólo hay sombras desiertas
extendidas a sus pies,
celebrando lo absurdo
de caer sobre ellas y abrazarlas

Pero ambos somos eco
cuando inertes recibimos
lo que el paisaje dice,
y lo creemos nuestra voz
y nuestro hálito al oírnos
pronunciarnos...

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