Todas las historias se resumen en una.
Una visión,
un momento sólo en que dibujas un mundo
Un camino,
trazar un mapa, oler la tierra de cada monte y de cada bosque
Un final,
el mundo ya no existe,
ese mundo nunca existió
Demiurgo de los verbos,
los colores y los tactos propios y lejanos:
vas y vienes con tu vino dulce
solapando ensueño tras ensueño,
como si entre la bruma no existiera nada
La vida ha sido un desfile de centellas
que no dejan ver el teatro
Y tú, sin embargo,
con total certeza estás ahí,
sentada en la grada,
demiurga de otros sueños,
sintiendote en tu escena,
en una obra que yo tampoco puedo ver...
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