Tuviste en cuenta todo, menos el veneno.
Y ahora que tienes lo que quieres observas,
impotente,
cómo se desvanece lo que precisaba anticiparse:
porque el veneno sigue ahí,
surtiendo efecto, haciéndose con todo,
hasta que sólo te quede silencio,
vergüenza, arrepentimiento y culpa.
Tuviste en cuenta todo, menos el veneno
-la inmunidad la da la profundidad de tiempo de los honestos.
Y caminas con el alma ruborizada
ante tus latidos tóxicos;
ante tu impasible "¿y ahora qué?"
entonado por tu sueño envenenado;
y tu conciencia corrompida,
vuestros cuerpos y miradas
bañados en la ponzoña voluntaria
de vuestras propias manos tan ciegas,
aún ignoran un destino finito tras el pasado irreversible
que da vértigo al recuerdo de aquellos tiempos blancos.
una mano abrió el frasco y la otra,
voluntariosa,
sirvió el fuego a la boca que observaba la comedia
con la calma segura de los horizontes infinitos...
Y cuando ella, entre espasmos inesperados,
descubra ahora que fue en su propia boca, la ponzoña;
que los recuerdos borrados con cianuro ya nunca existieron;
que su pasado, presente y su futuro están tan contaminados
que ni siquiera fueron nunca...
...seguirá siendo demasiado tarde...
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