Sólo una sorpresa, un milagro,
podría resucitar esa noche cómplice
de alientos de interrogación
Qué ironía,
lo que a ojos indiscretos
resultaría inexpugnable,
está sentenciado a muerte:
O acaso no fueron los milagros
la especialidad de los amantes...
...
...
...
..
..
..
.
.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario