Nada,
¿qué me escondes?
Mis primeros recuerdos aún sentían
la oscuridad del sueño de no existir:
mi vida era tan larga
en mi memoria como ahora,
y toda la inmensidad del resto
era un límite difuso,
como un cielo sin estrellas y aún más grande:
Nada, estabas tan cerca
que sentía tu aliento de sima
pegado al mío.
Y bien temprano
me hizo una visita la muerte
para mostrarse y saber qué es
- me llevó por los aires de la mano
al extrarradio de mi propia respiración...
¿Recuerdas, Nada,
volar a voluntad en sueños?
Eso es morir.
Nada,
me has podido llevar tantas y tantas veces
que creía que me guardabas
algo;
sin embargo,
me escondes un pacto para jugar a un juego,
que yo olvidé al nacer,
y que tú, fraudulento vacío,
incumpliste luego...
...
...
...
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..
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