viernes, 17 de octubre de 2008

Exclusividades

El guardia de seguridad transportaba, por primera vez, una pistola; se la había entregado un compañero para que la llevara a las oficinas y la metiera en la caja fuerte. Estaba ahí, en el fondo de su mochila, enfundada.

Pasó junto a una tienda. Entró. Se lo había pensado mejor.

La dependienta y su compañero lo miraron e inmediatamente empezaron a cuchichear. Sí, era el mismo cliente que hacía unos días había intentado robar una chaqueta; en esa ocasión logró convencerles de que no lo denunciaran para mantener su puesto de trabajo.

-¿Qué desea esta vez?- le dijo el compañero, cortante, señalándole la salida.
- Deseo lo imprevisible- dijo.
- Vaya- dijo riéndose- de eso no tenemos esta temporada- y miró a su compañera riendo.
- Sí que tienen dos de esos artículos.
- Ya... Por favor- dijo poníendose serio- saque la mano de su mochila, sé que ha introducido algo en ella, deje ya de hurgar ahí dentro.
- De acuerdo- dijo.

Sacó la pistola, que ya estaba cargada y todo.

- Sorpresa- dijo, y le voló la cabeza sin dilación.

La dependienta, que salió corriendo despavorida escaleras arriba, se escondió en un probador. Él no tardó en encontrarla.

- Lamento que ya no sea tanta la sorpresa para usted como para él, discúlpeme; acabaré enseguida.

Efectivamente, le voló la cabeza sin más retrasos.

Es que esta moda de lo exclusivo...

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy visual. Llevabas un cierto tiempo sin poner relatos con hemorragia. Gracias por la travesura.

Ciao.