Existen dos tipos de candidez;
una la ingenua,
y otra la de la esperanza.
Y es la segunda la que nace
del dolor de verlos,
todos,
transparentes.
Sólo una vez,
equivocarse
- que no haya nada oscuro
tras la alarma obvia
que te avisa.
¿Acaso este sentido
tiene pliegues negros
y ante la duda de la sombra
te cierra todas las puertas?
Y a pesar de las alarmas
pruebas para fallar,
... y aciertas.
...
...
...
..
..
..
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