lunes, 22 de julio de 2013

Manantial



El sonido tiene más sangre que yo,
y sin embargo es obra mía...


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El invitado intruso




De tan muerto nadie me cree vivo,
y de tan vivo nadie me cree muerto...

Pero al revés.

Porque la vida es esa invitada
a la que expulsan,
y esa intrusa a la que invitan;

que sin embargo acude,
y que sin embargo se marcha...

Se marcha y se queda
porque nadie la ve,
se queda y se marcha
como los unos y los ceros
en la aritmética del tiempo...

Y hasta ella se olvida de sus rasgos
en la profundidad oscura
de su propio mar de ceros e infinitos...

Márchate; quédate,
dicen las sombras
- que entre la bruma amorfa
está la contingencia...

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Escondite




Soñé jugar al escondite,
correr bajo las estrellas,
doblar curvas de esquinas rectas
y esquivar los bordes de los resquicios
que daban a la nada.

Qué extraña risa ajena a todo tiempo me perseguía...

Y tan seguro conocía
las debilidades del alma,
que mis tretas de evasión anticipaban
la sonrisa de lo que se sabe y se confirma.

Porque sólo era el vacío de una noche de verano,
el sueño de un ocaso sin tiempo,
la alucinación perdida
de una concesión a la añoranza...


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viernes, 12 de julio de 2013

El por qué de los jamases



No se sobrevive por reflejo,
sino por integridad.

Los lastres sirven para estabilizar los barcos,
¿Quién los necesita cuando se es viento y mar?

Cuando pendulas entre el abrazo de la tierra
y el beso de la luna,
amas con el tesón de las mareas
- la tormenta y la zozobra
que tanto temen los navíos
son sólo notas al margen,
líneas finitas escritas en la playa,
literatura de arena
que borro con un soplo
dirigido a algo más grande...


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