jueves, 5 de enero de 2017

La letra pequeña del deseo


Recuerdo cuando las palabras
tenían peso,
cuando la piel, el pelo
y los cuerpos eran suficientes
y éstos germinaban en la conciencia
con la fuerza de las semillas vivas
-cegando los sentidos
como un poderoso vino...

Pero ahora todo es transparente,
y sólo puedo ver dolor
tras los ojos abiertos
como señales luminosas de alarma.

Esa letra pequeña del deseo,
la ferocidad combustible,
se diluye en una condescendencia líquida
donde nadan todas las mentiras...

Y cuanto más cuerpos flotan,
mayor es la tristeza
de aquel que los observa
- aquel que sabe que ni el
estanque existe...

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