miércoles, 18 de agosto de 2010

Cañería y émbolo

Nací entubado y mi mal lo es de desagüe...

Mi espalda es hueca y es de piedra,
recorrida por corrientes desecantes.

Cómo pesa el viento que silba mil vacíos,
tan ligeros,
que se escapa la vida cuando ellos
fluyen por mi ruta pertrechada...

Para colmar la tubería probé el fuego,
prendí aguas,
quemé arcillas modeladas,
congelé las arenas de las playas,
derramé la sangre como vino y como mar,
y como mar,
bailé con las tormentas
para embotellarlas en mi espina dorsal hueca...

Pero nací entubado y mi mal lo es de desagüe,
y ni la llama,
ni los jugos,
ni el limo ni las carnes
escaparon al drenaje del respiro...

Y miro,
y siento el paso del paisaje
que se pierde,
que se vierte,
que es tragado en remolino
entre mis vértebras...

Y las caras,
los lugares y los nombres:
todo cruza el aro para quedar inerte
y perderse en las cadenas...

Sólo un calor,
y sólo un color;
con una forma,
un sabor y una textura concreta...

Sé dónde está,
e igual que se me escapa,
burla corrientes,
vacíos y densidades.

Allí vivo yo:
donde nada se pliega
a la acción de la ventosa...

... por dentro,
desde lejos...

... solamente...

...
...
...
..
..
..
.
.
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