jueves, 17 de mayo de 2012

Embalse



Callo mis palabras como ejemplo,
como indirecta:
el crepitar de las voces difumina mi silencio,
y más aún cuando del tedio del ruido del mundo,
a gritos,
se lamentan...

¿Tedio? Te opongo mi arma:
Silencio...

Cierro los ojos como ejemplo,
como indirecta:
la luz que grita su silueta no permite contemplar la sombra,
y menos aún esa luz,
voluntariosa emisaria de los otros...

¿Qué busca?
Un jeroglífico de sol...

Yo estoy resuelto.

Sólo descifrará su mismo cristalino:
encierra más respuestas que un sí de estrella
uno sólo de sus brillos,
si se sabe mirar sin vista...

Y si no,
correrá tras un misterio del que pender enganchada
con una linterna exploradora de nocturnos trinos.

Como un ejemplo,
como una indirecta,
me contengo la muerte del mundo
en un cavilar caminante de caminos...

El misterio de la sorda brisa y la ceguera que no mira...

Hollar oscuridades que mueren a la luz de las pupilas...

Hablar,
proyectar...

Eso piden.
O eso asusta.

El infinito sólo se hace uno cuando se mide
a sí mismo en el espejo del cero...

El mundo se presenta como una relectura
releída y re-gastada ante los que vivimos
de un todo prisioneros.

Como un rey del espacio y del tiempo:
veo pasado, veo presente y veo futuro,
hechos un solo acto de esfera...

... sólo con el vacío soy,
aquí y ahora.

¿O acaso sería mejor derribar el muro de mi embalse
y ahogar al mundo entero con mis aguas
de océanos de estrellas?

Ni las voces suicidas saben de qué hablan
cuando me hablan,
salvo dentro de mi alma...

Y en el fondo no es Misericordia el nombre propio de mi excusa.

Ya lo habría hecho...

Si supiera dinamitar mi propia presa
para arrasar vuestras palabras,
vuestras quejas,
vuestros lamentos,
vuestros reproches,
vuestras caras de cadalso...

Como ejemplo,
como indirecta...

...
...
...
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..
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