viernes, 31 de mayo de 2013

Triada de decepciones




Hay tres osadías que esperan en vano:

la del cuchillo,
la de la mano
y la de la sangre.

El cuchillo espera aniquilar al corazón
con la herrumbre de sus intenciones,
la mano espera el regalo de altura prometido por el crimen,
y la sangre clama ser lavada de las manos agresoras
por la propia agonía de la víctima.

Para que todo haya sido sólo un sueño
sin carga, ni esfuerzo ni espacio moral...

La osadía de la acción sin consecuencias
-los párvulos del alma y la vida contemplada sólo a medias.

Y sin embargo, basta con no soñar en sintonía
para que sólo quede un puñal en la espalda,
una vergüenza subterránea y un estigma de sangre
como sombría bendición de estos extraños
sueños invertidos,
y sus actores...


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