Es fácil ser impulso rojo,
pero para leer bajo la superficie de las hojas
hay que hacer mucho más que eso,
sin garantías
- es posible que aún así,
me lo quede todo,
te engañe
y no cumpla trato alguno.
Es culpa del envés,
impulsivo y caprichoso,
el reflejo que no se reconoce,
el que no distingue impulso y circunstancia...
Y eso no se compra acuñando
miedos y orgullos arrojados desde un balcón,
sino con algo que aún no sé,
pero que tú no sabrás nunca...
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