lunes, 20 de julio de 2009

Si lloviera lo suficiente (o escribir con apenas un hilo de ímpetu)


Una tregua de nubes en medio de la tiranía del sol. Qué bien sienta.

Mierda, estoy cogido por los huevos hasta el miércoles. Pruebas, exámenes, tests, lo normal cuando un peatón desconcertado nace en Occidente.

Pedestrian-spleen in the cabra-Vaterland.

Apenas tengo tiempo para nada hasta entonces, con este tiempo ideal. Para cuando sea libre volverá el sol, plano y grosero como un gargajo de luz lanzado de manera inoportuna e impertinente, a dar por culo con su omnisciencia lumínica.

Me encantaría que lloviera hasta anegarse todo. Que la gente tuviera que viajar en zodiacs; mejor en canoas (por culpa de mi infancia monstruosa con Cousteau y sus putos peces de fondo, les tengo tirria a esas lanchas hinchables que un piadoso tiburón debería haber mordido a tiempo y con una cámara lista para inmortalizar el momento). Joder, debería desaparecer bajo el agua todo el área comprendida entre Cádiz, Hueva y Sevilla, provincias de.

La azada ha hecho estragos irreparables en esta tierra. El suelo es la cabeza de la gente. Ciénaga-cerebro. Arcilla encefálica. Arena en el pensamiento. Caballos coceando los cojones de tipos con sonrisas implantadas por un extraño doctor invisible que infecta el alma.

Verlos todos los años “saltar” (más bien nadar) la valla de la virgen del rocío con traje de buzo sería algo, en fin, algo... no tengo palabras.

Antes, cuando era más filántropo, prefería que arrojaran un número suficiente de bombas de neutrones para dejar intacto el patrimonio histórico-artístico de estas regiones, libres al fin de esa densidad maloliente; me refiero por densidad maloliente al número de cabrones e hijos de puta por Km cuadrado que aquí alcanza magnitudes inigualables en el resto del mundo. Bueno, ciertos sitios impregnados del spirit de esta tierra apuntan buenas maneras: las siguientes riadas sólo tendrían que suceder en todo lugar donde un sevillano, gaditano u onubense afirmara sentirse como en casa. Cuba, por ejemplo. Italia.

(...)

- ¿Te sucede algo?
- Sí, me tapas las nubes y no me dejas escucharme respirar.

(...)

Incluso cuando grabo canciones y las termino, algo me taladra la cabeza. Un pájaro carpintero muyy nervioosoo. Todo podría ser siempre mejor, supongo.

Pero cuando algo se acaba, empieza el vértigo asfixiante de lo siguiente por venir. ¿Merece la pena pasar el tiempo sin más, esperando a no se sabe qué coño (diñarla, en realidad)?

Comer para aburrirse sanamente en el sofá. Mixta-mixta sabe-a-mixta como último eslabón de miles de años de progreso tecnológico. Newton no sabe que su obra se hizo para que... en fin. Respirar para lo mismo: esperar sumergido en abulia en el sofá. Hidratarse, empalar competidores, echar personas a la caldera del orgullo, quedar bien con la sociedad mediante el intercambio de bienes por tiempo, esfuerzo y alma. Botar con cuidado de no pisar a nadie. No sé.

Roto, estropeado, quebrado. Supongo. ¿Y la luz, la ventaja convincente? Es sólo la ausencia de la agonía física, ese curioso homenaje que hace la naturaleza a toda una vida: como reconocimiento a todos tus esfuerzos, te estrangulará al final de una forma tal, que no podrás evitar darte cuenta de todo el proceso, de ese desgarramiento tan extremo, que te hará desaparecer por completo. Eso requiere un esfuerzo que no se puede negar. Soy muy vago y me molesta que me obliguen a hacer esfuerzos. Veleta, veleta, veleta...

Una brocheta de secreto ibérico bañada en crema de champiñones, por otro lado, me convence más que cualquier filosofía (siempre he sido un corrupto): sólo cuando comes puedes creer sinceramente que hay algo después que le va a dar sentido a la degustación placentera que luego se muestra siempre absurda e inmotivada- y, sobre todo, desorientada dinámicamente.

El amor. Sólo te recuerda que el cuerpo no está hecho a la altura del alma. La naturaleza te otorga sólo algunos instrumentos de serie, que vienen a ser como tenedores que pretenden detener el tiempo. El cazo y la cazuela frente a la majadería del cosmos. Una broma pesada de este cotarro tan curioso, este contrato fraudulento. Dios, si existe, es de derechas. Parece un alcalde de un pueblo costero que no promete más que mierda.

El amor es un ansia moribunda. Requiere sintonía, pero de esa que sólo se realiza fuera del tiempo y del espacio-cio-cio-cio-cio... Y el resto del tiempo a planear sobre ella en la medida de lo posible, con coordinación. Por qué no...

(...)

- Sonría, por favor.
- ¡Pa-ta-ta-pa-ta-ta-pa-ta-ta...!

(...)

Bueno...

Pero...

O sea...

Realmente...

,
,,

2 comentarios:

Felipe dijo...

Toma castaña! Qué bien vomitas Kike!
Lo de los almonteños me ha recordado que Ramón Gómez de la Serna dio una conferencia vestido de buzo :)

Un abrazo tentacular de escotilla-warrior inside the white-wall writting fractal-musgos on the rocks

Felipe

Felipe dijo...

Recuerdas la ristra de mensajes que nos estuvimos mandando durante unos días? Ahora me acuerdo y me parto de risa... los conservas? Sería simpático hacer un texto lleno entre los dos... y pegarlo en la calle. Pero mejor usemos google docs... lo conoces? ;)

Ciao