martes, 17 de agosto de 2010

Malabarismos revisited

Ahí van las palabras
como mazas enlazadas
-no pesan, no vuelan,
mienten al girar sobre sí mismas
sus fantasías de esquirlas de papel.

La muerte se asegura el éxito con cada nacimiento
-redescubrir lo eterno
con el tedio de lo efímero
entre ojos abiertos de inocencia.

Suben y bajan,
y los niños se hipnotizan a dos manos.

Abra-cadabra malabar-palabra...

El cerebro se ha hecho un casco de malla,
para sembrar flores de verbos y metralla...

Sóplame un poco de vida,
abra-palabra malabar-cadabra;
insúflame una buena mentira,
cadalso-cadabra,
candelabro de palabra;
agárrame esos ecos,
amarra las garras
y traza visiones de sangre y guirnaldas
a borbotones de vino...

pero sopla,
sóplate cometa tu escalera térmica de viento...

Y los futuros trapecios
donde se suicidan los sueños
confiados en la red
- que es de palabra-
son la piedra angular del tropiezo
humano perfecto.


¿Poesía?

Catapún de acróbata poeta
- los funámbulos hacen cola
para estrellar sus propios nombres
en letras de oro.

Dame tinta,
abra-cadabra calamar palabra,
y te daré otra mentira resobada y pringosa...

Y el tío-vivo de la amnesia
y su ficción de vida,
que no cesa en su tantra misterioso
-gira, da vueltas
y renombra de nuevo el mismo paisaje...

Estás muerta, poesía,
y los conjuros de los nuevos
poetas te despiertan
con el vudú de la osadía...

Pero eres un zombie, poesía,
un zombie de jazmín y lino
cuyo hedor de desencanto
exige amarte;

para aprender a oler tu muerte,
a no creerte,
a no sentirte,
a despreciarte y olvidarte
como una amante de formas eternas...

... que ya nada tiene que ofrecerte
entre sus piernas...



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