martes, 14 de octubre de 2008

Oh, vaya, qué divertido…



Sábado, voy por la Alameda a las cinco de la tarde y me dice un amigo que Siniestro Total toca gratis esa misma noche. Me dije “glub” y salí veloz hacia mi casa para cenar y prepararme para el evento. Llego.

Genial, pude verles probar sonido como si de unos colegas se tratara; apenas había gente, era… natural. Las guitarras se les desafinaban como a nosotros, los músicos estaban fríos al principio como nosotros. Es buena la humanidad. Aprovecho para recomendar el empalamiento público de Mariah Carey (por ejemplo). Ana Torroja, en fin… casi se lo hace sola.

El odio es tan…

De todas formas no sé qué coño pasaba esa noche. O sea, tengo 34 años y me estoy poniendo enorme como un cerdo. Todo estaba lleno de veinteañeros saludables, delgados, que beben y les sienta bien, que se divierten, se implican, bailan, saltan y tienen ganas de ligar; yo, por el contrario, no quiero ligar (no me hace falta, no me interesa, voy servido); no bebo (por el bien del respetable y de mi persona), no bailo (antes sí lo hacía- ciego perdido); no me integro (me quedo mirando al grupo, fijándome en esto o aquello, y me pongo a pensar en el mío, entre otras cosas porque me CUESTA escuchar a las personas- interrumpen mis monólogos solitarios).

En fin, soy un paciente modélico de psicoanalista. Con todo esto…

Nada más llegar me encuentro con un excompi de los Azid Queens y sus amigos, quienes a su vez tenían con ellos a una chica colgadísima que no me dejaba en paz; luego en el concierto no hago más que encontrarme miraditas por todas partes (mezcladas con encuentros con antiguas novias o rollos), se me ponían al lado, me rozaban el culo o se me tiraban encima en los momentos de subidón musical; utilizaban todos esos trucos de veinteañero/a más manidos que la mar, pero a los que la estupidez propia de la edad les confiere un incomprensible estatus de truco infalible. El caso era que yo sólo quería ver el concierto y que me dejaran fumar mis petas tranquilamente sin paranoias. Para más rizar el rizo veo caras conocidas de mi anterior etapa fotologuera (acabé hasta los huevos): como me puse por principio que nunca mi actividad de la web trascendería a la realidad, decidí mirar hacia otra parte, hacerme el idiota (se me da genial) y soñar con flotar en el aire y ver el concierto parapetado tras una nube bien negra.

Dios, ¿qué sucede?

Yo soy solo un puretón, estoy decadente y…

¡¡NO TOCARON “CONSEYEIRO”!!

1 comentario:

pilimari dijo...

Créeme, hay mas gente como tu...yo ni bebo, ni fumo, y digo todas las palabrotas del mundo cuando salgo, tambien agacho la cabeza cuando alguien me cruza la mirada, y evito pedir a la barra por si me preguntan como me llamo y eso...agg. ESo, mas rara que un perro verde.

Por cierto! Don Álvaro es vuestro bajista??, es bajista de Jose CAsas y la pistola de Papá no?...jeje, el cantante de mi grupo, tocaba con ellos e hizo un videoclip.

Saludos