lunes, 4 de agosto de 2008

Consecuencias

Algo me pasa. Anteayer noche se me descojonó la rueda trasera de la bici (se le saltaron los cojinetes) y ayer por la mañana ya la había arreglado. Esta diligencia en resolver problemas no es propia de mí. En una situación normal habría necesitado dos meses de concienciación para ir a la tienda de repuestos, comprar la rueda, montar la cámara y la cubierta y ponerla en la bici, con el consiguiente reajuste de los frenos, etc; sin embargo, lo hice todo ayer en media hora.


¿Replanteamiento filosófico? No... Maldito poema el del albatros, de Baudelaire. Me gustaba la idea de ser un gigante de los cielos y un trapo mojado de la tierra. Y descubro entonces que soy hábil con las actividades mundanas. Es peligroso; sobre todo, que no se entere nadie. Matizo: que no se entere NADIA. No, no estoy con una rusa, hago femenino el término “nadie” (divertido convertir un género gramatical en uno semántico mediante una inversión, para luego aplicarlo a la nada, a la ausencia) porque no quiero que se enteren “ellas”, las mujeres de mi vida (mi adorada Elisa, mis hermanas, mis amigas, mi madre...), pues parecen sentir una especie de satisfacción en verme hacer cosas prácticas, una satisfacción que roza el sadismo. En serio. Verme subir y bajar muebles por una escalera hace que les fluyan hectolitros de endorfinas por la sangre, a juzgar por la frecuencia con que me lo piden.


Lo único bueno del verano sevillano es que los cuadros secan pronto.


Puta zorra la cabrona de mi vecina. “No se puede aparcar la bici ahí”. Ja. El dueño del piso lleva años haciéndolo. Al título “puta zorra la cabrona de mi vecina” hay que añadir el de “vieja asquerosa y mentirosa”. En el nombre de San jorge, te armo caballero y...


(sólo a título de curiosidad: ¿decapitar con mi espada a...?)


Navegar: mantener con tacto y sentido del equilibrio el timón en la mano, a saltitos sobre las olas. O sea, como follar bien. O trazar bien con el pincel. O glisar bien una nota sobre el mástil. O cantar sosteniendo bien la nota. O llenársete la mente de imágenes frescas al escribir. Importante el equilibrio en este fin de semana. Me gustaría dedicarlo sólo a ella, funambulismo de alcoba, pero es lo que hay.


Bueno.


Ella. Dormida. A mi lado. Su piel. Dormida. Y mi nariz. Su olor. Pulsaciones-martillo. Pero ella duerme. No despertarla. Atento. Contente. Contento. Con tacto. Contacto. Chispas.


Se me infla el pecho de nubes,

el corazón se hace un sol,

el aire hace asteriscos de huracán,

pero está caliente y vomito llamas al techo

como protesta.


Saladas y frías las lágrimas.

Ella duerme. Sudo.


Abro la boca y estiro el cuello y fumo más aire,

y ella en su calma de túnica y cortina,

hace la paz en el secreto de sus párpados,

y su piel de seda se hace aroma

a la respiración de compás de la noche.


Ir y venir de luna,

su aliento besa sus comisuras.


Ir y venir de luna ella,

luna y jugo y pulpa y savia.


Si me oyera...


Y cojo y me desvelo, claro.


La bici.

La puta vecina.


La piel recostada a mi lado.

Seda a medio tapar.

La brisa fresca que agita sus rizos.

Ser viento entre sus piernas,

brisa entre sus labios,

saliva en su respiración-caricia...


Calla, idiota, Fshhhhhhhhhh!!

2 comentarios:

pilimari dijo...

Joder!!, me he sentido como el mosquito que lo ve todo en esa noche calurosa y exitante.

escribes de puta madre.

Yo vivo en la Alameda, y por allí hay muchas bicis rotas aparcadas, tambien hace calor, y los contenedores estan llenos de muebles que algúm hippi cargará en sus hombros para amueblar de nuevo su nuevo piso de alquiler.

Besazos!!

Anónimo dijo...

Hola,
me uno a la felicitación de pilimari, está muy bien escrito. Lo de "nadia" me provoca, pero reconozco que la explicación inmediata es excelente; y qué bien has entrado en el poema. Una buena inmersión, y después, ¡zás!, el despliegue de cada detalle de Ella.