martes, 17 de marzo de 2009

Shopping situation III



- Vaya, sí que es usted regular.
- Al menos ha cambiado la coletilla. Ya ve, puedo complacerla a diario con total puntualidad.
- Sí, sin duda, cuando se marcha.
- Qué modesta es usted. Nunca me marcho atrás. Mi descendencia la considero un problema de la humanidad, no mío.
- Vaya, un hombre que no teme tener hijos. Qué ilusión...
- Bueno, pues, además, verá que soy un hombre de palabra. Tenga.
- ¿Qué es este paquete?
- Ábralo, por favor, cualquiera de los dos.
- Bueno, no soy tan avariciosa, prefiero este. El contenido del otro no será ninguna sorpresa.
- Bueno, la vida es tan imprevisible...
- Me encanta el envoltorio. Azul turquesa, ¿estudia para príncipe?
- Estoy haciendo un master en cuernos regios con la duquesa de Alba, sí; ábralo, por favor.
- Vaya, esto es una rebanada de pan de molde.
- Y si mira debajo encontrará, además, un CD interactivo.
- Todo un desayuno, sí, pero usted me prometió una barra de pan.
- Bueno, su necesidad de cosas largas bien puede satisfacerla el contenido del otro paquete.
- Dejemos al misterio ser misterio.
- Y que las tinieblas vistan a los secretos.
- ¿Le pone la oscuridad? Qué recatado...
- Sólo para desnudarla con la luz después. Soy así de pervertido.
- ¿Y el CD? ¿Qué contiene?
- Es una sorpresa.
- ¿Música?
- No, la música para follar la reservo para un momento más especial. Son recetas de cocina.
- ¿Cree que necesito orientación culinaria?
- Depende del concepto que tenga de comer tubérculos.
- Ya. Creo que mejor lo veo sola en casa.
- Idílica imagen... por cierto, ¿tienen ustedes desatascadores?
- ¿Problemas con el saneamiento?
- No, necesito que me succionen el exceso de vitalidad.
- Me temo que no tenemos; es una tienda de moda y complementos.
- Lástima, aunque he de decirle que sólo me interesan los desatascadores estampados con girafas.
- No me cabe la menor duda.
- Bueno, otra vez será, no se aflija.
- “¿Desea algo más?”
- ¡Oh, me largo! ¡Qué insolente!
(...)

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