martes, 5 de mayo de 2009

El dictado de la madrugada

La noche de estrellas al aire,
el aire pleno de azahares de avenida,
la cortina que marca los vaivenes del viento de la calle.

Silencio,
roto por el rumor de ola del tránsito de los coches...

Me aprieto a tu espalda desnuda,
plena de azahares de avenida,
suave como un duermevela,
cálida como esta madrugada.

Silencio,
roto por tu respiración de fuego...

Sé que estás ahí,
como una estrella expuesta al aire
que perfuma de azahares la bruma del ensueño,
suspirando vendavales de cortina.

Silencio,
roto por el paso de un motor suicida...

Estás ahí,
y la cortina flamea un sobresalto,
y te vuelves dormida hacia mí,
cálida como esta madrugada...

... y soplas azahar por la piel
como una estrella que colgara de ese mismo aire...

Te abrazas a mi pecho, fuerte,
y yo te acojo y te duermo, inerte,
con el juego de los dedos por tu cara.

Y dibujo estrellas de aire
por tus mejillas de azahar,
con la cadencia y la fuerza
con que el viento me sopla tu figura,
hecha de madrugada...

...
...
...
..
..
..
.
.
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1 comentario:

Felipe dijo...

Olé, El último párrafo me derrite.
Besos.